Las botargas nos han regalado momentos de felicidad. Como aquella memorable vaca que consumió un poquito de crack:
O porque nos permitieron inventar un deporte olímpico al taclearlas:
Pero Kingsley la mascota del Patrick Thistle, un equipo de la liga premiere escocesa, se volvió producto de muchas pesadillas.
O eso dijeron muchas personas conservadoras y de buenas costumbres que nunca han visto los simpson:
Lo cierto es que Kingsley tiene la función de atemorizar a los rivales del equipo y, por desgracia, es muy difícil que lleguemos a verlo en algún estadio nacional, pero no importa, nosotros ya hacíamos botargas horripilantes antes de que las pusieran de moda en Europa.